miércoles, 10 de diciembre de 2008

Preguntas y respuestas sobre taijiquan (7)

CHEN WEIMING DEMUESTRA PENG, LU Y AN
Fotos de 1925




Continuamos con los extractos del libro de Chen Weiming
Taijiquan da wen
(‘Preguntas y respuestas sobre taijiquan’).
Para las entregas anteriores, ver el archivo.



Aplicaciones marciales

Por favor, describa las aplicaciones de Asir la Cola del Pájaro, Látigo, Las Manos Rasguean el Laúd, Retraerse y Empujar, Gallo Dorado se Posa Sobre Una Pata, Ascender a las Siete Estrellas, y Retroceder Montando al Tigre.

Asir la Cola del Pájaro:
Si mi adversario golpea con su puño derecho, uso mi brazo derecho en Rebote [peng] para adherirme a él. Si entonces golpea con su puño izquierdo, me adhiero a él con mi brazo izquierdo y uso mi brazo derecho para Retraer [lu]. Entonces, si retrocede, puedo usar Presión [ji] o Empujar [an] según la situación.

Látigo:
Se usa para frustrar ataques a izquierda o derecha, pero también puede usarse para atacar con la palma. El ‘gancho’ de tu mano derecha se usa como una especie de ‘energía rolante’: todas las partes — dedos, nudillos y muñeca — se articulan rotando hacia abajo como una rueda.

Las Manos Rasguean el Laúd:
Cuando mi adversario golpea derecho hacia adelante con su puño derecho, poso mi mano derecha sobre el interior de su muñeca derecha y, a la vez, mi mano izquierda sobre el exterior de su codo derecho, mientras giro la cintura hacia la derecha. Con una energía de quiebre, mis palmas van en direcciones opuestas y, si el jin es correcto, esta técnica le quebrará el brazo.

Retraerse y Empujar [1] :
Cuando uso mi puño derecho y mi adversario responde con su mano izquierda, empujando mi codo hacia mi lado izquierdo, yo enrosco mi mano izquierda desde abajo de mi codo, trabando su muñeca izquierda. Acompañando su energía de Empuje [an] hacia su costado derecho, mi mano derecha se posa sobre su codo izquierdo y uso mi Empuje [an] para despedirlo con ambas manos.
Gallo Dorado se Posa Sobre Una Pata:
Si mi adversario se acerca demasiado puedo usar la palma o el puño para atacar su mentón, y la rodilla para atacar su abdomen.

Ascender a las Siete Estrellas:
Si mi adversario descarga un poderoso golpe descendiente hacia mi cara, puedo usar mis puños cruzados para bloquear y mi pie derecho para patear sus partes inferiores.

Retroceder Montando al Tigre:
Si mi adversario es fuerte y soporta este ataque, y también da un paso adelante, yo doy un paso atrás y separo mi mano, desviando a un lado su puño y a la vez pateando con mi pie.

Estas aplicaciones son muy generales, y dado que ningún adversario te atacará según un patrón predeterminado, debes adaptarte a las circunstancias. Si quieres ser capaz de adaptarte a las circunstancias debes practicar el juego de manos y cultivar tu sensibilidad. Aún si tus manos y ojos son rápidos, hay momentos en que tu coordinación no es perfecta, y debes basar tu cotejo libre en el juego de manos. Por más tácticas que recuerdes, el otro podría recordar más: no puedes adaptarte a todas las escuelas. Lo mejor es que mantengas presente una palabra del taijiquan, zhan [pegarse o adherirse], porque todo deriva de esto. Los Clásicos lo plantean así: ‘Mi adversario no me conoce, pero yo lo conozco a él. Como resultado, uno se convierte en artista marcial sin par.’

Esto es así porque el juego de manos es la práctica de conocer a otros. Otras escuelas tienen excelentes técnicas de manos, pero no tienen el juego de manos y por lo tanto deben depender por completo de la rapidez de sus manos y ojos. Pero cuando te adhieres a un adversario él no sabe de dónde proviene la fuerza, ni distingue si es corta o larga. Sunzi escribió que debes conocer a otros y a tí mismo, y así, aunque combatas cien veces con alguien, nunca serás derrotado.

¿Qué pasa si, al adherirte a un adversario, éste decide patearte?

Vale el mismo principio. Para usar su pierna debe mover su cuerpo, y yo siento esto y lo anticipo, jalando su brazo hacia abajo y desequilibrándolo: o bien no puede levantar su pierna o debe dejarla caer. O, justo cuando alza su pierna, yo doy un paso entre sus dos piernas y empujo. De manera parecida, si él intenta ‘barrerme’ con su pie, yo doy un paso adelante y lo empujo. Sobre ambas piernas a veces él es inestable; sobre una sola, aún más inestable. Al adherirme, aprovecho la ventaja de ese desequilibrio.



[1] Esta designación ilustra mejor la secuencia que el nombre tradicional de Como Sellando, Como Cerrando.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Preguntas y respuestas sobre taijiquan (6)


Continuamos con los extractos del libro de Chen Weiming
Taijiquan da wen
(‘Preguntas y respuestas sobre taijiquan’).
Para las entregas anteriores, ver el archivo.


Técnicas de cotejo libre (san shou)

¿Cómo se practica el cotejo libre del taijiquan?

El taijiquan tiene más de setenta secuencias, todas aplicables al cotejo libre [1]. Pero si todas sirven para el cotejo libre ¿por qué debemos aprender el juego de manos? Porque el cotejo libre del taijiquan debe nutrirse de la ‘energía auditiva’ del juego de manos. Sólo cuando tienes esa energía [habilidad] puedes practicar correctamente el cotejo libre. Si no puedes adherirte al adversario no adquirirás la ‘energía auditiva’ [ting jin] y tu cotejo libre no será más que las técnicas de bloqueo y desconexión propias de las disciplinas externas. Por esa vía, todos los movimientos serán incorrectos.

Dicen los Clásicos: ‘A partir de la familiarización con el tacto correcto uno va aprehendiendo gradualmente el jin; a partir de la aprehensión del jin uno puede acceder a la sabiduría.’ De esto puedes colegir que la familiarización con el tacto es el primer nivel. La ‘energía auditiva’ es el segundo nivel. La familiarización con el tacto no es en sí algo formidable; mucho más difícil es aprender a ‘oír’.

Por ejemplo, cuando alguien te ataca con el puño, si no puedes adherirte a él no podrás ‘oír’ su fuerza. Si no puedes ‘oír’ la fuerza no puedes acompañarla en dirección alguna, y por lo tanto no puedes practicar el cotejo libre. Si puedes adherirte, puedes acompañar, y si el brazo de tu adversario sube, puedes usar tu otra mano para golpear su pecho. Si su brazo baja, puedes acompañarlo y usar la otra mano para golpear su cara.

Si sus manos avanzan y su energía está del lado izquierdo, lo acompañas y lo neutralizas hacia la izquierda. Luego separas tus manos, usando una para acompañar y la otra para golpear su cabeza. Si su energía está del lado derecho lo acompañas hacia la derecha, neutralizas, y usas tu mano izquierda para golpear su cabeza o su hombro. Si retrae su puño, acompáñalo hacia adelante y descarga energía.

Éstas son sólo indicaciones generales. Resumiendo, el cotejo libre del taijiquan difiere de las otras artes marciales porque se basa en la adherencia y el ‘escuchar’, en tanto que el cotejo libre de otras artes marciales carece de estas sensibilidades. Si los contrincantes están a demasiada distancia uno del otro, son incapaces de alcanzarse, pero cuando están demasiado próximos se agarran uno del otro, y el más fuerte gana.

En el libro de Xu Yusheng Taijiquan shi tujie (‘Manual ilustrado de taijiquan’) [2] él describe una aplicación para cada secuencia. Una vez le pregunté al maestro Yang [Chengfu]: ‘Supón que tuvieras una función de cotejo libre para cada secuencia del taijiquan ¿sería esto la perfección?’ Él me contestó: ‘En el cotejo libre no hay secuencias fijas: todo depende de las circunstancias. Si conoces la ‘energía auditiva’ conoces bien las aplicaciones, pero si no conoces el ting jin, aunque conozcas mil técnicas no podrás usarlas. Por ese motivo omití de mi primer libro las aplicaciones del cotejo libre. Sunzi [Sun Tzu] dice que para conocer a otros debes conocerte a ti mismo, y que aún cuando empieces a moverte después que el otro puedes llegar antes. Si me adhiero al adversario y él no se mueve, yo tampoco me muevo; si se mueve un poco, yo me muevo primero y él resultará despedido. Si uno no tiene buen ting jin no debe combatir.’

Supón que te enfrentas a un practicante de otro arte marcial cuyas manos y pies son tan rápidos que no puedes adherirte. ¿Qué puedes hacer?

Otras artes marciales mantienen cierta distancia al combatir. Ahora bien, si la distancia es excesiva, el otro no será capaz de alcanzarme. Si quiere golpearme la distancia entre ambos debe ser tan corta como para que los brazos y las piernas entren en contacto. Cuando él acorta la distancia, puedes adherirte y usar la ‘energía auditiva’. Entonces, si él es rápido, tu eres rápido; si él es lento, tu eres lento. En una instancia tal, no puedes tener miedo. Simplemente te adhieres: no hay peligro. Sólo si tu no tienes ‘energía auditiva’ tendrá él la ventaja.

¿Pero si la ‘energía auditiva’ del adversario es igual a la propia, puede uno usar las técnicas de cotejo libre?

Serían difíciles de aplicar. Ello, porque ambos son capaces de ‘oír’ ninguna se desconectará. Si uno se separa y usa eficazmente las técnicas de cotejo libre, quiere decir que su pericia es superior. Un buen practicante de taijiquan se adherirá al adversario y le impedirá usar la mano libre [3]. Por lo tanto, adherirse con las manos es vital: no lo descuides.

[1] Algunos traducen san shou como ‘manos que dispersan’, usando una de las acepciones verbales del carácter san. Más apropiado es el uso de las acepciones adjetivales: libre, relajado, no reglado. Así como he traducido tui shou y su precursor, da shou, como ‘juego de manos’, he preferido traducir san shou como ‘cotejo libre’, teniendo en cuenta que Yang Chengfu decía que ‘mano’ en este contexto era figurativo, y en todos estos ejercicios entra a jugar todo el cuerpo.
[2] Este es el primero de los libros instructivos sobre el arte escritos por un alumno de Yang Chengfu a pedido de éste. Fue publicado en 1921.
[3] Esto no es más de un juego de palabras con las acepciones de san shou.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Preguntas y respuestas sobre taijiquan (5)


Continuamos con los extractos del libro de Chen Weiming Taijiquan da wen (‘Preguntas y respuestas sobre taijiquan’). Para las entregas anteriores, ver el archivo.



Juego de manos, fuerza y jin


¿Siempre predomina el más fuerte en el juego de manos?

La situación se parece al de dos ejércitos en batalla: ganará el que tenga la mejor estrategia. Por más coraje que tenga, el ejército sin estrategia perderá. En el taijiquan es igual: debes tener un plan. También ganará quien use más yi (mente-intención). Cuando mi adversario usa fuerza, yo conozco esa fuerza, pero él no conoce mi intención, porque es tan cambiante. Podrá ser insustancial o sustancial, ortodoxa o impredecible, y en cuanto un pensamiento pasa, otro ocupa su lugar, y cuando pasa el segundo ya ha comenzado un tercero. Como dijo Laozi: ‘Uno se convierte en dos, dos se convierten en tres, y tres se convierten en muchos.’ El cambio no reconoce límites. Quienes recurren a la fuerza son cautivos de esa fuerza, y no pueden cambiar con facilidad. Si usas tu mente te mueves con flexibilidad, cambias de dirección a tu arbitrio y emites [energía] como un relámpago. Tu adversario caerá sin saber qué le ha ocurrido. Es por ello que la mente es superior a la fuerza.

Si el taijiquan no usa energía de resistencia ¿cómo es que sus practicantes son inamovibles?

Aunque el taijiquan no usa energía de resistencia, al practicar desarrollas energía de rebote [peng jin], no sólo en los dos brazos sino en todo el cuerpo. Si uno alcanza un nivel elevado, aún cuando uno no neutralice no podrá ser derribado porque la energía de arraigo es muy fuerte. La clave no es poner empeño en resistir sino cultivar el pararse como montaña.

¿Por qué es que a veces, cuando usas energía contra un adversario, no se siente nada?

Esa es la energía de neutralización [hua jin]; no desconectar y no resistir [bu diu bu ding]. Tu neutralización debe adecuarse al empuje del adversario, sea largo o corto, lento o rápido. Él sentirá que se encuentra con viento y sombras; dondequiera vaya, sólo encontrará vacío. A un observador la técnica le podrá parecer ligera, pero en realidad está tan permeada por el espíritu que el observador no percibe que en todo momento estás usando tu cintura y tus piernas. Es lo que se llama ‘ser ligero como una pluma’.

¿Se pueden usar técnicas de agarre en el juego de manos?

Sí, pero en el taijiquan no debes usar fuerza. Hay tres maneras de hacer esto: (1) agarro el brazo del adversario y lo guío para que no pueda cambiar o retroceder; (2) no voy en contra de su fuerza pero lo alzo un poco y giro, logrando un quiebre natural de su fuerza él sigue mi curva y vuelve al punto inicial pero no puede dar vuelta a mi brazo (este movimiento combina geometría y la mecánica de la palanca); y (3) cuando mi energía interna es potente, me adhiero con ligereza y mi adversario no puede moverse. Los primeros dos movimientos son pura técnica, pero el tercero requiere jin. Si tienes la técnica pero careces de jin, o si tienes jin pero careces de técnica, no puedes usar técnicas de agarre. Ambos factores son necesarios para que sirvan.

Los Clásicos hablan de ‘abandonarse a sí mismo para seguir a otros. ¿Esto quiere decir que no debo usar mi propia voluntad?

Éste es un ejemplo del dicho de Laozi: ‘Si queremos tomar algo, debemos primero dar algo.’ La manera en que acompaño a mi adversario, a distancia larga o corta, depende de mi pericia. Si mi pericia es inferior, debo acompañarlo a la larga y sólo atacarlo cuando haya agotado su fuerza. Si mi pericia es algo superior puedo acompañarlo una corta distancia, a guardando que su fuerza empiece a quebrarse antes de responder. Si mi pericia es muy superior necesito acompañarlo apenas un poco, y cuando su fuerza afloja puedo responder de inmediato. A veces puedo adherirme a un adversario y él no puede proyectar su fuerza mientras que yo puedo despedirlo a voluntad. En este nivel de pericia no preciso acompañar a mi adversario y tomo mis propias decisiones.

Nos dicen que cuando uno emite energía debe hundirse, relajarse y concentrarse en una sola dirección. ¿Significa esto que el jin de todo el cuerpo va hacia allí?

Sí. Cuando descargas el jin de todo el cuerpo el adversario será impelido a distancia. Si emites tan sólo la energía de tus dos brazos será despedido una corta distancia. La proyección del jin en el taijiquan es larga, y si la pericia es superior, el movimiento será corto. A veces ni siquiera hay sensación de movimiento antes de que salga despedido el otro, porque el movimiento es corto y el jin es largo.

Los Clásicos también nos aconsejan: ‘Mantén la quietud. Cuando te están atacando, mantente tranquilo; muévete en quietud.’ En el juego de manos ¿cómo podemos encontrar quietud en el movimiento?

En el juego de anos, cuando te adhieres y acompañas la rotación del adversario, debes mantenerte en quietud. Si no lo haces no podrás estar estable ni calmo, y si él te acompaña y descarga energía, te despedirá. Cuando estás calmo en el movimiento, puedes ‘oir’ [1] e interpretar su energía, y no te derribará con facilidad. En la calma mantén la idea de moverte; de lo contrario se convertirá en ‘calma muerta’ y le ofrecerá a tu adversario una oportunidad de llegar a tí.

¿Por qué es que cuando uso peng-lu-ji-an puedo empujar a un adversario pero no a otro?

Cada uno es diferente en cuanto a calidad de flexibilidad. Algunos tienen brazos blandos y cintura rígida; otros al revés. En otros, ambos pueden ser rígidos, o ambos flexibles. Por ello los resultados diferirán. Por lo tanto, renuncia a lo fácil para mover o empujar lo difícil de mover, o renuncia a empujar lo fácil para mover otras partes hasta que él deje de moverlas. En otras palabras, encuentra su parte dura y, si no puedes empujarlo cuando está en movimiento, espera a que se detenga.

¿Qué quieres decir con eso de partes fáciles o difíciles de empujar?

Si hay una parte que está activa y otra que no lo está, debes empujar esta última.

¿Qué significa eso de momentos en que es fácil o difícil proyectar energía?

Si tu adversario está en movimiento, cambiando su dirección, y no logras encontrar su centro, éste es un momento en que proyectar energía es difícil. Si el centro de tu adversario desaparece pero se pone de manifiesto otro, éste es un momento en que proyectar energía es fácil.

¿Qué quiere decir ‘retroceder para avanzar’?

Significa que cuando el otro ataca yo me retraigo pero dejo mis manos adheridas a él, acompañándolo hacia atrás. A la vez, doy un paso hacia adelante y cuando su fuerza se agota, mis manos siguen la rotación de mi cintura, y al empujar su cuerpo a menudo logro despedirlo. El jin podrá interrumpirse, pero la intención no se interrumpe.


[1] 'Oir' se usa aquí en sentido figurativo; se refiere a la sensibilidad, adquirida tras larga práctica, que permite captar por medio del tacto la dirección e intensidad de la fuerza que intenta aplicar el adversario.


viernes, 7 de noviembre de 2008

Preguntas y respuestas sobre taijiquan (4)



Continuamos con los extractos del libro de Chen Weiming Taijiquan da wen (‘Preguntas y respuestas sobre taijiquan’). Para las entregas anteriores, ver el archivo.






Juego de manos



¿Debe un principiante aplicar fuerza en el juego de manos [1]?

No. La Canción del juego de manos [Dashou ge] dice: ‘Practica a conciencia Rebote, Retracción, Presión y Empuje [peng-lu-ji-an].’ Estas secuencias deben diferenciarse claramente. Presionas y empujas sobre tu pie delantero; haces rebote y retracción sobre el pie trasero. Al principio, observa estas normas y practica varios cientos o miles de veces al día, y tu pierna naturalmente echará raíces en tanto que tu cintura se volverá flexible. Después de un año podrás tratar de localizar la energía del adversario. En este punto el juego de manos pasa a ser libre, y puedes empujar como quieras. Si intentas abreviar los tiempos, usarás fuerza, y la fuerza se convertirá en hábito. Por ese camino serás incapaz de lograr un alto nivel de destreza.

¿Hay muchas variaciones en peng-lu-ji-an?

Estos cuatro movimientos permiten infinidad de variaciones. Por ejemplo, tu empuje [an] puede ser ligero y ágil o pesado y sólido; con la izquierda pesada y la derecha ligera, o al revés; con las manos convergentes o divergentes. Puedes aplicar presión [ji] directamente hacia adelante u oblícuamente, añadiendo un codo; cambiando de mano o de brazo; o ajustando el punto de presión en tu brazo. Cada punto combina a la vez una curva y una línea recta; usas energía de adhesión en cada punto y luego emites tu energía, procurando generar la recta a partir de la curva. Puedes usar el rebote [peng] directamente hacia adelante, horizontalmente, hacia arriba o abajo, siempre adhiriéndote al brazo o la mano del otro, y cambiando de dirección en cualquier momento de tal manera que él no encuentre un centro en tu brazo o pierna sobre el cual pueda descargar su energía. Si encuentra tu centro, cambia rápidamente de dirección pero sin desconectarte. Si el otro se desconecta, empújalo con rapidez; esto es lo que llamamos juntar-desconectar-empujar. Puedes usar la retracción [lu] hacia arriba o abajo, u horizontalmente, y con una energía de quiebre para partirle el brazo.

¿Qué es más importante, el juego de manos en posiciones fijas, o en movimiento?

El juego de manos en posiciones fijas ejercita la cintura. Si ésta es flexible puede neutralizar la energía del otro sin tener que mover los pies. El juego de manos en movimiento ejercita los pasos además de la cintura. Si el otro se mueve con rapidez, debes dar un paso. Cuando puedas neutralizar con tu cintura y ser ágil con los pies, podrás cambiar de dirección al instante y encontrar con facilidad las oportunidades para atacar.

¿Cómo se practica el Dalu [2]?

El Dalu se desenvuelve en las cuatro esquinas, utilizando cai, ‘arrancando’ las manos del otro [3] para impedirle un cambio; lie, ‘partiendo’ la energía del otro, con un golpe a la cara; zhou (codazo) y kao (empellón). Los movimientos del Dalu son grandes y rápidos. Si no tienes piernas fuertes no podrás cambiar con ligereza y agilidad.

Además de peng-lu-ji-an y cai-lie-zhou-kao ¿qué otras técnicas de combate usa el taijiquan?

Otros métodos que he oído mencionar, pero cuyas aplicaciones desconozco, son los de agarrar los tendones, atacar las cavidades [4], y técnicas especiales para tomar y controlar.

Se dice que uno no debe usar fuerza en el juego de manos. Pero si mi adversario es potente y usa contra mí gran fuerza ¿qué puedo hacer?

Si renuncias a la fuerza y practicas el juego de manos durante varios años, desarrollarás una energía de flexibilidad [peng jin] que detendrá sin esfuerzo la fuerza del otro. Si un principiante practica relajación durante varios años, sin tensión alguna, o practica el juego de manos con rebote, puede adquirir esta energía. Además de esto, debes también aprender a rotar tu cintura. Esto es lo que se llama la ‘energía del viejo buey’.

¿Qué principios debe observarse en el juego de manos?

El mejor patrón para el juego de manos está en los principios enunciados en el Tratado de Wang Zongyue [5] . No hacerles caso sería un error.

Aparte de eso ¿hay otras guías?

El Secreto de los cinco caracteres de Li Yiyu es también muy buenos. Yo lo resumo así: (1) calma, (2) agilidad, (3) Qi, (4) fuerza interna, y (5) espíritu [6].


[1] Chen Weiming usa el término dashou, literalmente ‘manos que golpean’, que con el tiempo fue reemplazado por tuishou, literalmente ‘manos que empujan’, comúnmente traducido al castellano como ‘empuje de manos’. Como Chen explica, estos ejercicios tienen el propósito, primero, de enraizar las piernas y flexibilizar la cintura, y luego de desarrollar la habilidad de sentir y localizar la energía del adversario. Como las traducciones literales de los términos chinos no transmiten esto, he preferido usar la frase ‘juego de manos’.

[2] Literalmente, ‘gran retracción [lu]’. Fu Zhongwen explica que el nombre proviene de que, al basarse el Dalu en pasos coordinados, el recorrido de la retracción [lu] es mayor que en el juego de manos de pasos fijos.

[3] La explicación tradicional es que el movimiento es como arrancar una fruta de un árbol.

[4] Xue o xue wei.

[5] Chen alude aquí al texto más conocido como Taijiquan jing (Clásico del taijiquan). La atribución a Wang Zongyue es tradicional.

[6] Los cinco caracteres son: jing (quietud o calma), ling (alerta, sensible y, por extensión, ágil), Qi, y jin (fuerza, energía, poder). Más adelante publicaremos íntegro el texto de Li Yiyu.

sábado, 18 de octubre de 2008

Preguntas y respuestas sobre taijiquan (3)


Continuamos con los extractos del libro de Chen Weiming
Taijiquan da wen (‘Preguntas y respuestas sobre taijiquan’).
Para las entregas anteriores, ver el archivo.

Rutina y posturas

¿Cómo deben colocarse los dedos al usar la palma?

Mantén los dedos abiertos con naturalidad, ni muy flexionados ni muy rígidos o rectos, y no demasiado separados. Si los doblas o endureces demasiado, el Qi no fluirá hasta las puntas de los dedos. No extiendas la palma más allá de la rodilla [1]; si lo haces, perderás el equilibrio. Hay quienes extienden las palmas y se inclinan hacia adelante, con lo cual sus caderas se inclinan hacia atrás. Esto es porque su paso es demasiado corto, y su cintura no puede hundirse. Cuando sus manos se extienden más allá de los pies, no sólo no pueden derribar al otro sino que, porque están inclinados hacia adelante, se vuelven inestables. Debes dar el paso hacia adentro, para que ambas manos puedan seguir a la cintura hacia adelante y puedas empujar hacia afuera a tu adversario. Esto es usar la energía del cuerpo entero.

¿Se emplea fuerza en las patadas del taijiquan?

No, se emplea jin, que es una energía flexible, no una fuerza dura.

¿Y qué de la actitud que debemos asumir al practicar la rutina?

Concentra tu espíritu, aquieta tu Qi, párate erguido, mantente cómodo y suelto. El movimiento está conectado y parece ligero y ágil, aunque en verdad es pesado y se hunde. Parece movedizo pero en verdad es calmo. Tu expresión debe reflejar todo esto. Quienes andan flotando con expresiones de excitación nunca han captado el verdadero taijiquan.

El taijiquan tiene más de 70 secuencias. ¿Su orden es inmutable o puede alterarse?

En la tradición el orden de las secuencias está establecido y la transición entre ellas es muy natural. Los estudiantes deben respetar ese orden. En un buen trabajo literario no puedes añadir o quitar palabras porque sí. Aunque hay varias maneras de escribir, una vez redactado el texto éste no puede modificarse sin detrimento.. En términos generales, la misma norma se aplica al taijiquan.

Sin embargo, si en alguna ocasión alteras el orden pero la transición es natural, eso está bien. Aunque la rutina sirve para la práctica diaria, cuando usas el taijiquan para el combate, no sigues el orden de la rutina.

¿Tu libro Taijiquan shu puede usarse como patrón?

Quizás. Cuando aprendí del maestro Yang [Chengfu] fui muy asiduo, y cuando escribí ese libro le pregunté repetidas veces sobre cada secuencia antes de ponerlo por escrito. Él fue muy gentil al enseñarme, y lo que está en ese libro es su legado, no el mío. Yo me limité a registrar sus enseñanzas.

A la rutina larga [changquan] le agregaste ejercicios para el lado opuesto. ¿Por qué?

Si practicas para el combate, el taijiquan es suficiente, y el changquan no es necesario. Sin embargo, porque consideré que los practicantes necesitaban desarrollar equilibrio, añadí la reproducción de movimientos del lado opuesto al habitual, simplemente como ejercicio. Es por esa razón que agregué el lado izquierdo.

En secuencias como Rasar la Rodilla, arqueas lentamente la mano hacia el frente y luego empujas hacia adelante. Siendo tan lento ¿puede servir este movimiento en el combate?

El taijiquan usa lo lento y circular para relajarte. Cuando rota el cuerpo entero, estamos cultivando la sustancia [ti]. En la aplicación marcial no se hace lo mismo: usas sólo parte del círculo grande, con rapidez. De lo contrario caerías en la estupidez.

No sabemos cómo practicaban el taijiquan los antiguos maestros. ¿Tienes alguna idea de ello?

He oido decir que Yang Shaohou contaba que su abuelo, Yang Luchan, en Látigo en Cuclillas, podía levantar una moneda con su boca. Además, su cintura era tan flexible que podía usar su hombro contra la rodilla del adversario. También he oido que cuando Yang Banhou practicaba la rutina, a veces lanzaba carcajadas de alegría o parecía llenarse de ira. En él, estas emociones surgían espontáneamente, sin intención.



[1] En la tradición transmitida los alineamientos máximos son rodilla con la punta del pie, y codo (no palma) con la rodilla.. En las fotos del propio Chen Weiming que alternan con las de Yang Chengfu en el libro de Chen Taijiquan shu (1925), éste se adhiere a esta norma, lo cual torna extraña esta recomendación, a menos que por ‘extender la palma’ se entienda extender el antebrazo.



Abajo: Chen Weiming ilustra an (Empuje)
en su libro Taijiquan shu


domingo, 5 de octubre de 2008

Preguntas y respuestas sobre taijiquan (2)

Continuamos con los extractos del libro de Chen Weiming Taijiquan da wen
(‘Preguntas y respuestas sobre taijiquan’).
La primera entrega se publicó el 21 de septiembre.


Rutina y posturas

Me han dicho que para mejorar no hace falta practicar mucho la rutina, sino solamente practicar el juego de manos. ¿Es cierto?

La gente que dice eso no entiende los principios de la rutina [1]. La rutina es el andamiaje del juego de manos. Después de practicarla mucho, te volverás tan pesado como una montaña y tan ligero como una pluma. Pero si descuidas la rutina y sólo practicas el juego de manos, es inevitable que tu cuerpo se vuelva inestable y que te puedan derribar con facilidad.


Hay quien dice que, con todo, debe usarse fuerza en el taijiquan. ¿Es cierto?

Dicen los Clásicos: ‘Cuando lo verdaderamente suave llega a su extremo, se vuelve verdaderamente fuerte.’ La fuerza en el taijiquan se genera internamente y se basa en la flexibilidad y la soltura. Cuanto más cultives la flexibilidad, más rápidamente desarrollarás fuerza interna [jin] [2]. Si sigues estando tenso en alguna parte, esto impedirá la acumulación de fuerza interna. Cuando te sueltas, tus brazos se hundirán con facilidad y se pondrán pesados. De lo contrario, flotarán. En mi libro anterior, Taijiquan shu, hablé con claridad sobre esto. Aquellos que dicen que debes usar fuerza tienen por lo general fuerza en exceso, o practican un estilo duro que se resisten a abandonar. No pueden creer que al extremo de la flexibilidad hay una calidad diferente de fuerza. Tales personas nunca captan la esencia del taijiquan.

Aunque un maestro enseña el mismo método a todos, la postura de algunos estudiantes es buena y la de otros es pobre. ¿Por qué ocurre esto?

El estudiante pobre es tieso y usa fuerza; el bueno es flexible y no usa fuerza. Un joyero usa altas temperaturas para derretir el oro, para poder moldearlo como quiere. Un martillo de hierro no puede moldear el oro antes de que se haya ablandado. De igual manera, si un maestro le dice a un alumno que use fuerza para endurecer su cuerpo, no puede esperar que sus posturas sean buenas. Nuestra fuerza es como el hierro: debemos ductilizarla y practicar mucho. Con ello paracerá blanda pero será en realidad robusta. Esta es la fuerza interna del taijiquan.

¿Cómo debe llevarse la cabeza en el taijiquan?

Mantén erguida la cabeza sin dirigir hacia abajo la mirada. Si tu cabeza se inclina, el espíritu no puede ascender.

¿Y los ojos?

Los ojos son la residencia del espíritu. Tu mirada a veces sigue a tus manos en su movimiento, y cuando ello ocurre la cintura rota automáticamente. A veces los ojos se dirigen al frente. Estas distinciones se mencionan en los Clásicos como mirar a izquierda o derecha, y ‘equilibrio central’[3]. Al mirar a izquierda o derecha tu cintura puede rotar, permitiéndote neutralizar la fuerza del otro. Si practicas taijiquan con asiduidad to mirada se volverá brillante e intensa, y tu técnica se elevará a un encumbrado nivel.

¿Al practicar, debemos tener la boca abierta o cerrada?

El Can tong qi [4], importante texto taoísta, dice: ‘Los oídos, los ojos y la boca son los tres tesoros, y deben mantenerse cerrados, no abiertos.’ El taijiquan busca quietud en el movimiento, y por ello es complemento de la meditación. Si abres la boca para respirar, tu lengua y tu garganta se secarán. Si mantienes cerrada tu boca, y la lengua tocando el paladar, tu saliva se acumulará naturalmente y será tragada, lo cual realza tu salud. Si practicas con la boca abierta, sin embargo, desperdiciarás este beneficio.

¿Cómo debo relajar la cintura cuando practico?

Relajar la cintura no quiere decir forzarla hacia abajo; si haces eso te resultará difícil girar. Si realmente sueltas la cintura puedes girar como quieras. Los Clásicos dicen que ‘tu cintura es como un eje’ [5], lo cual quiere decir que es ágil, y ‘erguido como bandera’. Si no te relajas al adoptar una postura erguida, entonces lo erguido se transforma en ladeado en las caderas, lo cual crea distorsión; tu rabadilla no estará derecha y tu espíritu quedará impedido de ascender hasta la coronilla. Así no podrás emitir fuerza desde la columna.
NOTAS

[1] Uso la palabra ‘rutina’ para evitar la confusión que existe con el uso de la palabra shi, que puede traducirse como forma, postura, posición, estilo, gesto o movimiento. En el léxico corriente su uso es errático y equívoco; a veces se usa postura indistintamente para varios de esos significados; a veces se hace lo mismo con forma. Esto crea un grado considerable de confusión, especialmente entre practicantes novatos de taijiquan. En un intento de introducir una medida de orden lógico, he optado por hablar de secuencias [de movimientos], posturas [ para referirme a lo que, en las etapas iniciales de instrucción, indicamos como posición final de una secuencia], y rutina [para referirme a una serie fija de secuencias].

[2] Jin suele traducirse como energía, y a veces como energía intrínseca. Esto puede crear confusión con jing, que se traduce como energía esencial (o, literalmente, energía seminal). Como en los Clásicos y otros textos antiguos del taijiquan la atención se dirige hacia el contraste entre jin y li (fuerza muscular, o externa), he elegido para este uso el término ‘energía interna’. Debe tenerse en cuenta que en el taijiquan se habla también de diferentes clases de jin; para este uso prefiero usar la versión más general, ‘energía’, con la salvedad de que en varios casos sería más apropiado decir ‘habilidad’.

[3] Mirar a la izquierda, Mirar a la derecha y Equilibrio central son tres de los cinco movimientos en las Trece Secuencias [shisan shi] que forman el núcleo primordial del taijiquan. Los otros dos movimientos son Avanzar y Retroceder. Completan las Trece Secuencias los Cuatro Lados (Rebote, Retraer, Presionar y Empujar) y las Cuatro Esquinas (Arrancar, Partir, Codazo y Empellón).

[4] Abreviación de Zhou yi can tong ji (Examen textual de la interpretación taoísta y mágica del Libro de los Cambios), libro del siglo 2 atribuido al legendario Wei Boyang.

[5] Chen se aparta aquí de la imagen más usada en los Clásicos, a saber, que la cintura es como una rueda y la columna como un eje.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Preguntas y respuestas sobre taijiquan (1)

Chen Weiming, uno de los primeros alumnos destacados de Yang Chengfu y él mismo gran promotor del taijiquan a través de la Asociación de Taijiquan Zhi Ruo que fundó en Shanghai en 1927, publicó en 1929 un libro titulado Taijiquan da wen (‘Preguntas y respuestas sobre taijiquan’). El pasaje del tiempo no le ha hecho perder nada de frescura ni de vigencia a este texto, en el cual Chen dice que las preguntas son las que se había ido haciendo él mismo, y las respuestas son lo que él recordaba que Yang Chengfu le había enseñado. Fuera de la China, sin embargo, no fue conocido hasta que Benjamin Pang Jeng Lo y Robert W Smith publicaron su traducción al inglés en 1985. Esta versión en castellano es de Eduardo Crawley, hasta ahora inédita.
Casi a la manera de un curso por correspondencia, iremos presentando Preguntas y respuestas sobre taijiquan por entregas periódicas. Hemos hecho una alteración al orden del texto de Chen: la parte dedicada a la historia y leyenda del taijiquan, primera en el libro original, ha sido corrida al final. Los subtítulos son nuestros.



Rutina y posturas

De principio a fin en taijiquan hay como 70 secuencias. ¿Fue así como lo enseñó Zhang Sanfeng [1] o ha sufrido cambios?

He oído decir que en alguna época el taijiquan se practicaba como secuencias aisladas, pero no sé cuándo se conectaron en una sola serie. Creo que probablemente haya sido Wang Zongyue, quien escribió el Taijiquan lun (‘Tratado sobre taijiquan’) y enumeró en sucesión las secuencias, por nombre, el que dio esta forma. Merece ser elogiado por ello, ya que de otro modo es probable que el taijiquan hubiese desaparecido. [2]

Quienes practican taijiquan en Beijing lo aprendieron de la familia Yang. ¿Por qué hay ligeras diferencias en la rutina?

Las rutinas podrán diferir ligeramente, pero los principios son los mismos. Supongo que hay dos causas de variaciones en la rutina. Primero, en el pasado la relación maestro-estudiante era muy estricta. El estudiante no se atrevía a hacer preguntas y a menudo los maestros no hacían demostraciones. Así resultaba difícil lograr la postura precisa. Segundo, aunque uno lograra la postura correcta, con el correr del tiempo su transmisión sufría cambios porque el carácter de cada practicante es diferente. Por lo tanto, si la enseñanza no era precisa o el estudiante no era asiduo, no se lograba lo genuino.

¿Cómo puede uno juzgar cuál es la postura correcta?

Debemos partir de las palabras de Wang Zongyue de que ‘el cuerpo debe estar erguido, estable y cómodo.’ Erguido quiere decir no inclinado. Cómodo quiere decir sin tensión ni fuerza. Además, he enumerado diez principios del taijiquan [3] que son fundamentales. Va en contra de los principios lo siguiente: que tu cabeza no esté suspendida y te inclines hacia un lado u otro; que extiendas tu pecho hacia afuera y te pares alzándote derecho hacia arriba; que la parte superior de tu torso esté pesada y la parte inferior esté ligera, y tus piernas estén en situación de doble peso, sin diferenciar claramente lo lleno de lo vacío; que gires con demasiada rapidez y tus brazos se muevan sin ton ni son; que tu paso sea demasiado corto y no gire tu cintura.

En suma, cuando tu cuerpo entero está erguido y cómodo, cumpliendo cada uno de los diez principios, tu postura será buena aún cuando no logres la perfección total.


Hay quienes dicen que tu paso no debe ser ni demasiado ancho ni demasiado largo, porque ello te quitaría agilidad.

Es cierto, pero cuando practicas, inicialmente debes dar un paso más grande. Por lo general, en cualquier postura una pierna está extendida y la otra está flexionada. Si tu pierna izquierda está extendida, la derecha estará flexionada. En la pierna flexionada la rodilla está alineada verticalmente con los dedos de los pies. Con ello logras una estabilización que le permite a la cintura relajarse para poder girar con facilidad.

Si tu paso es demasiado angosto y corto, el margen de giro de tu cintura será menor, y si el otro empuja con fuerza no tendrás espacio suficiente para neutralizarlo, y tendrás que retirar tu pie hacia atrás. Después de todo, si el espacio es demasiado estrecho, si dejarte margen para echarte atrás ¿qué otra cosa podrías hacer? Si tu paso es más ancho puedes rotar con mayor plenitud tu cintura y contrarrestarlo.

Hay quienes dicen que la postura no debe ser demasiado baja ¿Están en lo cierto?

Si tu postura es baja y tu paso más grande te resultará más fácil rotar tu cintura. Si tu postura es demasiado alta y tu paso demasiado pequeño, el margen de giro de tu cintura también será pequeño. La altura de tu postura se basa en tus dos piernas, una flexionada y la otra extendida, como es norma. Si te paras demasiado bajo, tu centro de gravedad se hundirá demasiado y no podrás desplazarte fácilmente hacia adelante ni separar lo vacío de lo lleno.

Dicen los Clásicos: ‘Busca primero lo abierto, luego lo cerrado.’ Si practicas con dedicación, después de un tiempo podrás determinar mejor la amplitud de tus pasos y los movimientos de manos y pies. Lo pequeño siempre deriva de lo grande, lo alto de lo bajo, lo compacto de lo suelto, lo quebrado de lo conectado. Observando este principio podrás controlar tu postura en cualquier situación, sea pequeña, alta, compacta o quebrada. De lo contrario, en un aprieto no podrás hacer los cambios apropiados y tus pies quedarán mal ubicados.

[1] Celebrado taoísta, creador legendario del taijiquan.
[2] La atribución de este texto a Wang Zongyue, cuya existencia está sólo difusamente documentada, es tradicional.
[3] En el libro Taijiquan shu; ver los Diez Puntos en el archivo de este blog para el 10 de julio de 2008.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Maestros, discípulos y estudiantes


El reciente artículo de Joan Socies, Aprendices y Maestros, me llevó a hurgar en mis archivos en busca de un artículo que recordaba vagamente, que tocaba sobre el mismo tema desde un ángulo diferente, el de la tradición china en la materia, y más específicamente, el de la tradición de la familia Dong, que es nuestro principal abrevadero en materia de estilo. Lo encontré. Fue escrito por Rick Mendel y publicado por la revista estadounidense Black Belt el 22 de abril de 1998, bajo el título algo desorientador de ‘Taiji para la defensa personal’. El artículo, reproducido casi íntegramente abajo en versión propia, es producto de una entrevista de Mendel con Tung Kai Ying [foto arriba a la derecha], nieto de Dong Yingjie, y dedica mucho espacio al tema de la enseñanza del taijiquan.



‘Mucha gente enseña taijiquan y no sabe lo que está haciendo,’ dice Kai Ying Tung [1], maestro de Taiji. Tung ha enseñado taiji en Malasia, Tailandia, Singapur y Hongkong. Este maestro de taiji de tercera generación observa que muchos ‘lo enseñan solamente por sus beneficios para la salud, pero eso es porque no le conocen su uso para la defensa personal.’

Nacido en Beijing, Kai Ying Tung empezó a practicar taijiquan a los diecisiete años. Tung admite que hay diferencias entre estudiar artes marciales en el Oriente y hacerlo en los Estados Unidos. Paradójicamente, muchos estudiantes estadounidenses se interesan por la filosofía que subyace al taijiquan, en tanto que en la China — dice Tung — la discusión filosófica es casi nula. Explica: ‘Cuanto más hablas, menos tiempo tienes para practicar. Por ello en la China hablan menos y practican más.’

Tung siente que, básicamente, los estudiantes en la China y en los Estados Unidos son iguales. Al preguntársele si había alterado su manera de enseñar para los Estados Unidos, dice: ‘La escuela es esencialmente la misma, y la enseñanza es la misma. Depende del estudiante si aprende o no.’ Según Tung, ‘Hay muchos buenos estudiantes en ambos países. La diferencia principal es la intensidad. En los Estados Unidos vienes y pagas tu cuota, y esperas llevarte algo contigo a casa. En la China el estudiante viene a ser aprendiz del maestro. Esto se convierte en algo así como una relación padre-hijo.’

‘Esta es una situación más relajada — dice — porque es una relación de largo aliento. No es un asunto de una semana, un mes, un año. El largo plazo es mejor para el aprendizaje. En la China de antaño el estudiante vivía en la casa del maestro [2]. El contacto diario creaba un vínculo entre ambos. El maestro era responsable de las acciones del estudiante; si no aprobaba su conducta lo regañaba o lo golpeaba.. Cuando el maestro envejecía, el discípulo era responsable de su cuidado. Por cierto, también había estudiantes regulares que venían sólo para ser instruidos, pagaban y se marchaban. Pero no era simplemente cuestión de abordar al maestro y decirle, “Bien, seré tu discípulo”.’

Tung explica: ‘Había un largo proceso de examen de los antecedentes del potencial discípulo.’ Esta investigación incluía la clase de trabajo que había hecho el estudiante, cuestiones referidas a cualquier infracción a la ley, y la búsqueda de referencias sobre su carácter. No se limitaba al estudiante sino que abarcaba a sus padres y abuelos.

‘Éste — dice Tung — era un proceso muy ritualizado. Si era aceptado como discípulo el estudiante debía hacer kou tou, un acto que significaba el establecimiento de una relación seria. Este ritual incluía una serie de nueve reverencias ante el maestro: tres reverencias profundas, tres medianas y tres cortas. Éstas se dirigían, primero, al gran maestro Zhang Sanfeng, luego al maestro actual, en acto de reconocimiento de todo el linaje.

‘Aunque hoy en día esto no se hace en la China continental — dice Tung — se sigue haciendo en otras partes fuera de la China. Y si no se hace formalmente, puede hacerse informalmente, en el corazón y la mente. La relación entre maestro y discípulo no precisa ser ritualizada.’

La academia de taijiquan de Tung en Los Ángeles sigue un patrón tradicional. Los estudiantes avanzados ayudan a enseñar a los principiantes, en tanto que el maestro Tung instruye directamente a individuos y grupos. En cada sesión el cuerpo principal de estudiantes sigue un patrón básico que comprende la rutina lenta del estilo Yang, de 81 movimientos; práctica del juego de manos; y una rutina rápida. Al mismo tiempo, grupos más pequeños de principiantes practican las secuencias individuales. Cada uno puede progresar a su propio ritmo.

Tung le enseña al estudiante novato a aplicar cada movimiento a la defensa personal, como parte de la dimensión completa del taijiquan. Sin embargo, explica Tung, inicialmente no se le da mucha información al principiante: ‘Si al principio le das demasiada información, confundes al estudiante. Es por ello que sólo en las etapas más avanzadas puede realmente dar mucho el maestro. Si se hace demasiado pronto, el estudiante puede quedar totalmente confundido.’

En cuanto a la relación entre taijiquan y defensa personal, Tung dice: ‘Por propia definición el taijiquan se ocupa de la defensa personal [3]. Sin embargo, mucha gente que vienen aquí no goza de buena salud, y deben primero fortalecer el cuerpo. Debemos reconstruirlos físicamente antes de que puedan empezar a utilizar los movimientos.’

Pare de esta reconstrucción se acelera con una variante rápida de la rutina completa, desarrollara por el abuelo de Tung, eminente maestro del estilo Yang. La rutina rápida es casi idéntica en sus posturas individuales y secuencias a la rutina lenta de Yang, pero los movimientos son más compactos, y se ejecutan más vivamente [4]. Al observar la rutina rápida se ve claramente cómo surgen los golpes de puño, las patadas y los quites de los movimientos fluidos.

Tung, con todo, no cree que el estudiante deba aprender la rutina rápida para aprender la aplicación del taijiquan. ‘Si tienes un maestro que la trabaja en profundidad, aprenderás la aplicación a partir de la rutina lenta — dice —. La rutina rápida ayuda a crear aguante. Ambas son vigorizantes.’

Además, Tung enseña la práctica del juego de manos; la espada, la daga y la lanza del taiji; y las aplicaciones en cotejo libre. Las rutinas con armas, originalmente componente básico del repertorio del practicante de artes marciales, en la actualidad ayudan a desarrollar sutileza.

Otro aspecto del taijiquan que generalmente se deja de lado en los Estados Unidos en la actualidad es el de las artes conexas de la acupuntura [5] y la fitoterapia. En la China de antaño — dice Tung — ‘todos los maestros de artes marciales tenían que aprender acupuntura y fitoterapia porque no había gran disponibilidad de médicos; por ello desarrollaban pericia tanto en las terapias protectoras como en las preventivas.’ El arte marcial defensivo servía para despachar ‘lo malo’, y la acupuntura y fitoterapia ayudaba a ‘lo bueno’. El maestro usaba la acupuntura y la fitoterapia conjuntamente con el masaje.

Como el discípulo más novel era el que cargaba con las tareas más duras, era él quien hacía el frotamiento — dice Tung —. ‘De esta manera, el discípulo aprendía a partir de la práctica, y para cuando hubiera completado su entrenamiento ya habría adquirido el conocimiento de los meridianos, los puntos de presión, y los remedios herbales. Los estudiantes corrientes, que no vivían con el maestro, no estaban expuestos a estos conocimientos.’

Debido a su orientación y a la complejidad de sus movimientos, dominar el taijiquan suele tardar más que otras artes marciales. Pero, dice Tung, hasta esto es relativo: ‘Depende del individuo. Hay algunos que son bastante duchos en uno a tres años [6]. Otros practican durante diez años y siguen sin ser duchos.’

Suponiendo que el estudiante practica bien y el maestro trabaja sobre él. tres a cinco años deberían traducirse en pericia. ‘Pero — dice Tung — si el estudiante sólo viene a clase una vez a la semana, su cuerpo ganará en saludo, mas no habrá progreso dramático. Por desgracia, algunos estudiantes sólo estudian durante poco tiempo, y luego se ponen a enseñar. El resultado suele ser la aparición de cambios accidentales en la rutina. En muchos casos ese cambio no es intencional. En nuestra escuela no ha habido cambios, pero hemos tenido estudiantes que aprendieron de manera inadecuada las secuencias y luego salieron a enseñar. Sus estudiantes aprendieron de la misma manera, y así se magnificó el cambio.’

Aparte de alentar la asunción de un compromiso de largo aliento con la práctica del taijiquan, Tung recomienda que se practique con diligencia cada día. Al preguntársele sobre aprender tanto el taiji como otras formas de gongfu, Tung dice: ‘Si tienes a tu disposición todo el tiempo del mundo y puedes dedicar seis horas a un estilo de gongfu y seis horas al taiji, está bien. Pero si estás limitado a cuatro horas y dedicas dos a un estilo y dos al otro, no avanzarás mucho en ninguno de los dos. Dedícale cuatro horas a uno y podrás progresar.’

Tung enfoca de manera similar la cuestión de estilos suaves versus estilos duros: ‘Podrías considerar al taiji como superior a un estilo duro, pero si no practicas, no lo es. La persona que practica el estilo duro será ducha. Todo se reduce a la diligencia del individuo, a practicar de todo corazón.’

Aunque, en contraste con otras escuelas, Tung parecería enfatizar la defensa personal, no lo hace a expensas de la salud física y psicológica. En su folleto publicitario Tung describe al taiji como ‘un método de defensa personal y de autodisciplina. Hay diferentes escuelas que enseñan este arte — dice — pero los principios son los mismos: enseñarle a alguien a conocerse a sí mismo y a mejorar su bienestar, tanto psicológico como físico [...] El primer principio del taijiquan es aprender a calmarse mental y físicamente; esto conduce al control perfecto. Éste es en verdad un ejercicio de la mente, entrenándolo a funcionar de manera consistente y armoniosa con la voluntad.’

Si todas las escuelas persiguen estos fines ¿por qué preocuparse por los cambios en las rutinas? Porque, en la tradición china, la autenticidad de la enseñanza y su linaje son asuntos de gran importancia. Dice Tung: ‘Hay muchos estudiantes que no saben qué estilo de taijiquan están aprendiendo ni quién es su maestro. Lo correcto es conocer al maestro, al maestro del maestro, y a todo el linaje.’ [7]


[1] Hijo de Dong Huling y nieto de Dong Yingjie, Kaiying ha preferido no emular al resto del clan y ha retenido la transliteración antigua de su nombre, Tung Kai Ying. En este texto respetamos la forma usada por el autor del artículo, Rick Mendel, de ‘occidentalizar’ el nombre poniendo el apellido, Tung, al final.

[2] El artículo no distingue claramente aquí entre el estudiante ‘de puertas afuera’ y el discípulo ‘de puertas adentro’, que era quien vivía en la casa del maestro.

[3] De hecho, el carácter final del nombre completo, quan, literalmente ‘puño’, significa sistema o técnica marcial.

[4] En verdad, la rutina rápida creada por Dong Yingjie, abuelo de Kaiying, no es una simple versión acelerada de la rutina lenta. Tiene muchos elementos que reflejan la otra vertiente del taijiquan aprendido por Dong Yingjie: el del estilo Wu (Hao).

[5] Más que acupuntura, lo que practicaban los maestros de artes marciales era la dígitopuntura (dian xue). Hay escuelas en que los estudiantes más avanzados ‘de puertas fuera’ también aprenden rudimentos de esta técnica terapéutica.

[6] Tung presume aquí un régimen de práctica diaria, como se verá más adelante.

[7] El artículo original tiene cuatro párrafos más, en que Mendel sintetiza los orígenes históricos del taijiquan. Han sido omitidos porque no coinciden con ninguna de las versiones conocidas de la tradición de la familia Dong (Tung), y no aportan nada sobre la conexión de esta familia con la transmisión anterior.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Aprendices y maestros


Un aporte de Joan Socies Bennàsser
(aprendiz de taijiquan, maestro de otras cosas)


Aprender o no aprender, el dilema es con quién. La relación entre aprendices y maestros tiene una serie de características que la hace especial. En primer lugar, tiene la característica de ser complementaria, ya no es posible ser maestro si no se tiene un aprendiz, y a la vez uno no es aprendiz si no tiene un maestro.

Otra característica importante es que puede ser de tipo simbiótico o parasitario. Una relación parasitaria es aquella en la que un miembro obtiene todo el provecho a expensas del huésped que puede llegar a morir en la relación y, por tanto, no le conviene. La relación simbiótica, en cambio, es beneficiosa para ambos miembros y, por tanto, se mantiene durante mucho tiempo.

Me parece a mí que la relación simbiótica entre aprendiz y maestro se caracteriza porque ayuda al crecimiento personal y porque no es una relación dependiente. Pero ¿cómo se construye la relación de aprendizaje entre el maestro y el aprendiz de taijiquan?

Los aprendices buscamos un maestro para que nos enseñe los distintos movimientos del taijiquan, pero el maestro nos va a enseñar algo más aunque no lo pretenda. El maestro transmite además de los distintos movimientos del taijiquan una construcción mental personal (entendida como el aprendizaje que se ha interiorizado y se ha ligado a sus propias experiencias; es un aprendizaje personal y profundo) sobre las secuencias de movimientos, los usos marciales, las implicaciones filosóficas y de salud; esto es, cómo deben hacerse los movimientos y secuencias, las distintas utilidades marciales, la importancia que tiene el taijiquan para la vida cotidiana y para la salud.

Este plus que transmite el maestro tiene implicaciones muy importantes: una que nos hace continuar la relación, o no; y que el taijiquan se convierta en un organizador de nuestra vida, o no.

Cuando el aprendizaje actúa como construcción mental personal y como organizador permite generar nuevas conductas y dejar de hacer otras que ya son obsoletas para nuestro nuevo tipo de vida. De esta forma el taijiquan nos permite aprender nuevos hábitos de salud y modos más exitosos de afrontar la vida cotidiana. Practicamos taijiquan porque nos ayuda a vivir, estamos más sanos, somos más felices, podemos esquivar y soportar mejor los embates de la vida y aprendemos a relativizar la vida cotidiana.
Como se ha dicho, la relación entre maestro y aprendiz (que no alumno) se establece para aprender. Ahora vemos que esta relación es un camino de doble dirección: el maestro también está en un proceso permanente de aprendizaje, por tanto el aprendiz siempre enseña. En el proceso activo de aprender (que es elaborar una construcción mental personal) cualquier practicante ha de mantener la actitud de observación, saber qué quiere conseguir, supervisar su práctica y evaluarla. Esta postura activa es la que a mi juicio nos permite un verdadero aprendizaje, profundo y conectado con nuestras expectativas y vivencias. Una actitud pasiva, en cambio, nos convierte en alumnos que esperan recibir una enseñanza; y no se trata de eso, sino de construir el propio aprendizaje. Y el dilema será, aún, con quien y gracias a quien aprender.

martes, 22 de julio de 2008

Canción de las Trece Secuencias


Uno de los Clásicos del taijiquan. Este texto está tomado del libro de Yang Chengfu Métodos de aplicación del Taijiquan [Taijiquan shiyongfa], de la versión en castellano de Eduardo Crawley, de pronta aparición.


Las Trece Secuencias no deben tomarse a la ligera.
El origen de su sentido está en la cintura [1] .
Debes prestar atención a giros y cambios, vacío y lleno.
El Qi ha de circular por todo el cuerpo sin obstrucción.

Encuentra en la quietud movimiento, en el movimiento quietud.
Acompañando al adversario tu versatilidad maravillará.
Concentra la atención en cada movimiento y calibra su intención,
y lo lograrás como si no exigiera esfuerzo [2] .

En todo momento mantén la mente sobre la cintura:
con el abdomen relajado y claro, ascenderá el Qi;
con la rabadilla centrada, el espíritu se enhebra hasta la coronilla;
el cuerpo entero está ligero y suelto, la cabeza como suspendida .

Presta cuidadosa atención a tu estudio;
en el pliegue y la extensión, el abrir y cerrar, que haya soltura.
Para cruzar el umbral y ser guiado por la senda
hace falta la instrucción oral;
el método para cultivarse a sí mismo es el esfuerzo incesante.

Si preguntas cuál es principio básico de la aplicación,
la respuesta es: mente y Qi gobiernan, huesos y carne se someten.
Si quieres saber cuál es el propósito,
es prolongar la vida, extender los años, lograr una primavera sin edad.

Canta, canta estas ciento cincuenta palabras [3] :
cada una es veraz y precisa; no hay omisión.
Si no usas esto como punto de partida,
tu esfuerzo será en vano y habrá suspiros de lamentación.


[1] La palabra china que se traduce usualmente como ‘cintura’ [ yao ] se refiere a algo más que la franja que rodea la parte más estrecha del cuerpo: alude a una franja más ancha que incluye la zona lumbar por atrás y, por delante, la zona entre el tórax y los pliegues inguinales.

[2] Gongfu [Kung-fu]; este término, más conocido — gracias al cine — como designación de las artes marciales ‘externas’, se usa para toda pericia o destreza que exige la inversión de tiempo y esfuerzo, desde las disciplinas físicas hasta las artísticas

[3] Se refiere a los 150 caracteres [ zi ] del texto original en chino.

jueves, 10 de julio de 2008

Los 10 puntos importantes para el Taijiquan







Instrucciones verbales de Yang Chengfu, recogidas en su libro El arte del taiiiquan (Taijiquan shu), publicado en 1925, por uno de sus alumnos más célebres, Chen Weiming [1].


1. La energía en la coronilla debe ser ligera y sensible.

‘Energía en la coronilla’ significa que la cabeza debe llevarse erguida, con el espíritu [shen] enhebrado hasta arriba del todo. No debe usarse fuerza para ello. Si se usa fuerza, el dorso del cuello se pondrá rígido, y la sangre y el Qi no podrán circular. Nuestra intención debe ser la de lograr una ligera y sensible naturalidad. Sin esta energía ligera y sensible en la coronilla, la energía vital [jing shen] no puede ascender.


2. Contener el pecho y alzar la espalda.

‘Contener el pecho’ significa que hay un ligero recogimiento del pecho que le permite al Qi hundirse al Dantian. De ningún modo debemos expandir el pecho, porque esto hace que el Qi quede retenido en el pecho, creando un exceso de peso en la parte superior del cuerpo. Esto, a su vez, hace que floten las suelas de los pies. ‘Alzar la espalda’ significa que el Qi se adhiere a la espalda: si somos capaces de contener el pecho, la espalda se elevará naturalmente. Si somos capaces de elevar la espalda, podremos proyectar fuerza desde la espalda y sobreponernos a cualquier adversario.


3. Relajar la cintura.

La cintura [yao] es la regidora del cuerpo. Si la cintura está relajada, los pies tendrán fuerza y las raíces serán estables. Las transiciones de lleno a vacío provienen todas de la rotación de la cintura. Es por ello que se dice que ‘la fuerza está en la cintura.’ Si nos llega a faltar fuerza, debemos buscar la causa en la cintura.


4. Distinguir lo lleno de lo vacío.

En el taijiquan, distinguir lo lleno de lo vacío es el principio primordial. Si todo el peso del cuerpo descansa sobre la pierna derecha, esa pierna está llena, y la izquierda está vacía. Si todo el peso del cuerpo descansa sobre la izquierda, entonces ésa es la pierna que está llena, y la derecha es la que está vacía. Sólo después de distinguir lo lleno de lo vacío nuestros movimientos giratorios serán ligeros, ágiles y sin esfuerzo. Si somos incapaces de hacer esa distinción, nuestros pasos serán pesados y rígidos, nuestra postura será insegura, y con facilidad nos podrán desequilibrar.


5. Hunde los hombros y deja caer los codos.

‘Hundir los hombros’ significa que puedan relajarse, abrirse y colgar hacia abajo. Si no podemos relajarlos y dejar que cuelguen hacia abajo, los hombros quedarán alzados, el Qi se elevará con ellos, y el cuerpo entero se quedará desprovisto de potencia. ‘Dejar caer los codos’ significa que los codos se relajen y caigan hacia abajo. Si los codos se alzan, los hombros no podrán hundirse, y no podremos impeler lejos al otro. ¿No se asemeja esto a la energía corta de las disciplinas externas?


6. Usa la mente, no la fuerza.

Esto se estipula en el Tratado sobre el taijiquan [2] y significa que debemos confiar sólo en la mente [yi] y no en la fuerza muscular [li]. Al practicar taijiquan el cuerpo entero está relajado [song] y abierto. Si logramos prescindir hasta de la más mínima fuerza bruta [zhuo li], que les pone trabas a nuestros tendones, huesos y vasos sanguíneos, y constriñe nuestro movimientos, entonces nuestros movimientos serán ligeros y ágiles, circulares y espontáneos. Algunos se preguntan cómo podemos ser fuertes sin recurrir a la fuerza. El cuerpo tiene meridianos que son como los ríos de la tierra. Cuando los cauces están abiertos, el agua puede fluir libremente; cuando los meridianos están abiertos, el Qi puede pasar. Si la rigidez bloquea los meridianos, el Qi y la sangre quedarán obstruidos y nuestros movimientos no serán ágiles; si nos arrancan un solo pelo el cuerpo entero se estremecerá. Si por el contrario no usamos la fuerza sino la mente, dondequiera se dirija la mente el Qi seguirá. De esta manera, si el Qi fluye sin trabas, penetrando a diario sin interrupción todos los pasajes del cuerpo, nunca habrá obstrucción. Entonces, tras larga práctica, habremos logrado verdadera potencia interna. Esto, pues, es lo que quiere decir el Tratado sobre el taijiquan cuando dice que ‘solamente de la suavidad extrema viene la dureza extrema.’ Los brazos de quienes dominan el taijiquan son como hierro oculto en algodón, y son muy pesados. Cuando quienes practican las disciplinas externas usan fuerza, esta fuerza es manifiesta, pero cuando tienen fuerza y no la usan, son muy ligeros y flotantes. Es obvio que su fuerza es de un tipo externo, superficial, de energía. La fuerza de los practicantes de disciplinas externas es fácil de conducir y no merece respeto.


7. Unidad del cuerpo superior con el inferior.

La coordinación del cuerpo superior con el inferior es aquello a lo cual se refiere el Tratado sobre el taijiquan cuando dice: ‘La raíz [de la energía] está en los pies; se la emite a través de las piernas; es controlada por la cintura y expresada en las manos. De pies a piernas a cintura debe haber un solo circuito de Qi.’ Cuando se mueven al unísono las manos, la cintura y los pies, se mueve el espíritu [shen] de los ojos. Esto, pues, puede ser llamado la ‘unidad del cuerpo superior con el inferior’. Si una sola parte no se coordina con las demás, la rutina se dispersa y cunde la confusión.


8. Unidad de lo interno y lo externo.

Lo que cultiva el taijiquan es el espíritu. De allí que se diga: ‘El espíritu es el conductor y el cuerpo está a sus órdenes.’ Si elevamos el espíritu de vitalidad, nuestros movimientos serán ligeros y ágiles. Las secuencias no son más que lleno y vacío, abrir y cerrar. Lo que llamamos ‘abrir’ no se limita tan sólo a las manos o los pies, sino que debemos también tener la idea de abrir en la mente. Lo que llamamos ‘cerrar’ tampoco se limita a las manos y los pies, sino que debemos también tener la idea de cerrar en la mente. Cuando lo interno y lo externo se unifican como en un solo Qi, no habrá quiebres en ninguna parte.


9. Continuidad sin quiebres.

La potencia de los practicantes de disciplinas externas es superficial y torpe. Por lo tanto la vemos iniciarse y terminar, continuar y quebrarse. La potencia vieja se agota antes de que nazca la nueva. En este plano cualquiera puede ser vencido. En el taijiquan usamos la mente, no la fuerza. De principio a fin no hay interrupción: todo es completo y continuo, circular e interminable. Esto es lo que los clásicos describen como ‘un largo río que fluye sin fin’ o ‘mover la energía como desenrollando [guan chuan] seda de un capullo.’


10. Buscar la quietud en el movimiento.

Los practicantes de disciplinas externas creen que brincar y agazaparse es pericia. Agotan su Qi y su fuerza, y siempre acaban su práctica cortos de aliento. El taiji usa la quietud para contrarrestar el movimiento. Por ello en la práctica, cuanto más lento, mejor. Cuando nos volvemos más pausados, la respiración se vuelve lenta y larga, el Qi puede hundirse al Dantian, y evitamos los efectos dañinos del pulso agitado. Los estudiantes que ponderen esto con cuidado podrán captar lo que implica.

[1] Versión en castellano de Eduardo Crawley. [2] Taijiquan lun, tradicionalmente atribuido a Wang Zongyue.

miércoles, 2 de julio de 2008

Los nueve principios para la práctica del Taijiquan


Texto anónimo, de la compilación hecha por Kuo Lienying, siguiendo la versión de Gordon Guttmann.[1]









1. La energía del movimiento es como hilar seda. El cuerpo entero está conectado sin interrupción.
2. La fuente del movimiento está en la cintura y la columna. Cuando una parte se mueve, el cuerpo entero se mueve.
3. Las transiciones de pliegue se conectan sin interrupción.
4. Las extremidades se estiran para crear la energía de elasticidad[2] .
5. El cuerpo está erguido y puede recibir impactos desde todas las direcciones.
6. Distingue lo lleno de lo vacío. Lo superior y lo inferior se siguen mutuamente.
7. En cada paso, muévete como un gato.
8. Recoge las nueve coyunturas de manera curvilínea. Extiende el arco y suelta la flecha.
9. Espíritu y Qi bullen. La intención mueve el Qi.

[1] Versión en castellano de Eduardo Crawley. [2] Peng jin.

lunes, 23 de junio de 2008

Puntos clave a observar en la práctica del Taijiquan

Texto anónimo, siguiendo la versión de Waysun Liao en T’ai Chi Classics (1990). Versión en castellano de Eduardo Crawley.


Relajar el cuello y suspender la cabeza de la coronilla.

La mirada debe orientarse y concentrarse en la dirección en que ha de fluir la energía.

Relajar el pecho y arquear la espalda.

Dejar caer los hombros y relajarlos; dejar caer los codos y relajarlos.

Las muñecas deben articularse cómodamente; las puntas de los dedos se extienden hacia afuera.

El cuerpo entero debe estar vertical y equilibrado.

El cóccix debe contraerse hacia adelante y arriba con la mente.

Relajar la cintura y las ingles.

Las rodillas deben estar entre relajadas y no relajadas.

La suela del pie debe hundirse y adherirse cómodamente al suelo.

Distinguir claramente lo sustancial de lo insustancial.

Cada parte del cuerpo debe estar conectada con todas las demás partes.

Lo interno y lo externo deben combinarse entre sí; la respiración debe ser natural.

Usar la mente, no la fuerza física.

La energía se adhiere a la columna y se hunde al Dantian[1], mientras circula por todo el cuerpo.

Mente y potencia interna deben conectarse entre sí.

Cada movimiento debe ser suave y conectado, sin irregularidad ni interrupción, y el cuerpo entero debe mantenerse cómodo.

La rutina no ha de ser ni demasiado rápida ni demasiado lenta.

La postura debe ser siempre proporcionada.

La verdadera aplicación del movimiento debe permanecer oculta, no ser obvia.

Descubrir la calma en la acción, y la acción en la calma.

Al principio el cuerpo ha de ser ligero; luego se hará ágil. Cuando ágil se moverá con libertad. Al moverse con libertad uno puede alterar la situación según haga falta.



[1] Área localizada en el abdomen, aproximadamente tres centímetros debajo del ombligo y centrada a mitad de camino entre la piel y la columna.