domingo, 18 de abril de 2010

Los principios de la tercera etapa - 3

según Jou Tsung Hwa
Continuación

Vacío y quietud


Buscar lo insustancial en lo sólido es encontrar vacío [xu]. Buscar la inacción en la acción es encontrar quietud [jing]. La búsqueda de xujing es el nivel más alto y la meta final del taijiquan. Como se ha dicho, el movimiento en taijiquan pone el acento en el empleo de perceptividad en lugar de fuerza. El la etapa final debes progresar hasta el punto en que el movimiento en sí (a diferencia de tu fuerza) tiene un efecto intrínseco e instantáneo, tal como dar vuelta la fuerza del adversario en contra de él.

Primero debes ajustar el enfoque de la percepción a una sola idea; recoge todos tus movimientos, activos o inactivos, hasta que encarnen la quietud. Luego alterna constantemente la acción y la inacción, representadas respectivamente por yang y yin. Después de mucho practicar tu concentración dirigirá la transición de acción a inacción — de yang a yin — y vice-versa.

Finalmente, procura ser apacible por dentro para influir sobre lo externo. De a poco los movimientos externos irán reflejando la dirección interna y la perceptividad total. La etapa ‘celestial’ del taijiquan usa esta ley del xujing. Aunque puedan producirse cambios al exterior, internamente permaneces calmo y vacío sin que jamás te afecten esos cambios. Al practicar así descubrirás el camino hacia la meta de la etapa ‘celestial’ e ingresarás al mundo de cuatro dimensiones. Como dijo Zhang Sanfeng:’Si enfatizamos sólo las artes marciales dejamos de percibir el aspecto más importante de la filosofía del taijiquan.’

Una manera de desarrollar un estado duradero de xujing es elegir un sitio tranquilo donde hay poca interferencia del exterior, como un parque, una playa o una montaña. Abandona todo pensamiento y aquiétate. Olvida todas las normas que hemos mencionado. Vuelve a lo primordial y reemplaza lo complejo por lo sencillo. Presta atención tan sólo a los cambios entre yin y yang, por dentro y por fuera, de acción a inacción y de inacción a acción. Finalmente, descubre cómo cada movimiento vuelve a su raíz. El resultado será que tu espíritu florecerá y se apaciguará.

El propósito último del taijiquan , pues, es alcanzar un nivel espiritual más elevado mediante mayor comprensión de sus aplicaciones marciales y sus efectos sobre la salud. Alcanzar este nivel espiritual más elevado lleva a la realización del Dao.

Con esta entrega concluye esta serie de extractos del libro Taijiquan zhi Dao [El Dao del taijiquan] del maestro Jou Tsung Hwa.

miércoles, 14 de abril de 2010

Los principios de la tercera etapa - 2

según Jou Tsung Hwa

Continuación

Respiración
El taijiquan se basa en la filosofía de Laozi de que la suavidad se impondrá a la dureza. Los movimientos del taijiquan están diseñados para cultivar tus capacidades físicas y mentales y desarrollar el Qi, más que para fortalecer tus músculos. Para las etapas ‘humana’ y ‘terrenal’ no abordamos específicamente el tema de la respiración, sino que pusimos el acento sobre los movimientos suaves, lentos y a ritmo constante. Con observar estos principios evitamos la respiración breve y agitada.

Para la etapa ‘celestial’, en cambio, l taijiquan deja que la respiración sea controlada totalmente por el movimiento del dantian. Al principiante le resulta compleja y difícil la noción de despreocuparse de la respiración y dejar que sea gobernada por el movimiento del dantian. Sin embargo, si practicas el método de ‘respirar sin respirar’ podrás dejar que el movimiento del dantian rija la respiración y que el movimiento del dantian se acomode con facilidad a las posturas. Tratar de lograr esto solamente con la práctica del taijiquan puede llegar a insumir más de diez años.

Conciencia
Cuando comienzas a aprender taijiquan te concentras en memorizar los movimientos y pensar en la corrección de las posturas, tal como lo hacen los practicantes de otras artes marciales, deportes o danza. El taijiquan, empero, exige un grado superior de conciencia o perceptividad para desarrollar fuerza espiritual, en lugar de corporal. El control espiritual te da control total de tus movimientos físicos.

Cuando un ejercicio requiere velocidad y fuerza, puedes ejercer control conciente sólo al principio y al final de tus movimientos. El movimiento del taijiquan es diferente. Cuando pasas de la inacción a la acción, o vice-versa, puedes detenerte, avanzar o retroceder donde y cuando quieras, y siempre tendrás control total. Practicar este tipo de control apunta a usar la conciencia para fortalecer el movimiento corporal y lograr la transferencia de fuerza física a fuerza espiritual. Esto se llama ‘refinar el Qi y nutrir el espíritu’ [lian qi hua shen].

Para desarrollar conciencia en la práctica del taijiquan tus movimientos deben ser imaginados más que ejecutados físicamente, es decir, usa la conciencia más que la fuerza. Por ejemplo, si quieres que una acción tenga mayor ligereza [qing], imagina todo el proceso en cámara lenta. Esto te permitirá alcanzar un nivel más elevado de qing.

Si quieres mejorar tu estabilidad mediante el hundimiento [chen] a las piernas de la fuerza y tensión de la parte superior de tu cuerpo, es importante que hundas tu voluntad y tu mente, siguiendo la línea de tu centro de gravedad, hasta el centro de la tierra. Imagina que toda acción se origina allí.

Usar tu imaginación para exagerar adrede tus pensamientos puede acentuar los efectos del taijiquan. Una vez que logres dominar estos principios de conciencia e imaginación con qing y chen, aplícalos a todas las acciones: la transición de vacío a lleno, abrir y cerrar, etc. Practicar este tipo de control también ayuda a completar la etapa ‘celestial’ y desarrollar la buena costumbre de ejecutar cualquier acción, incluidas las de tu vida cotidiana, ‘a plena conciencia’.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Los principios de la tercera etapa

según Jou Tsung Hwa

En su libro Taijiquan zhi Dao [El Dao del taijiquan], el maestro Jou Tsung Hwa (1917-1998) enumera los principios que deben regir el aprendizaje del arte. Distingue tres etapas, que designa ‘humana’, ‘terrenal’ y ‘celestial’, en alusión a los ‘tres poderes’ [San Cai] de la naturaleza que distingue la antigua filosofía china. Entre septiembre y noviembre del año pasado publicamos ‘Los cuatro principios de la primera etapa’. En la primera mitad de marzo de este año publicamos ‘Los principios de la segunda etapa’. Ahora iniciamos la publicación de los principios que Jou considera rectores de la tercera (la ‘celestial’) del aprendizaje.

Las etapas ‘humana’ y ‘terrenal’ ponen el acento en el desarrollo de las posturas del taijiquan. En la etapa ‘celestial’, en cambio, los métodos se concentran más en el entrenamiento mental. Se enfocan principalmente en (1) distinguir lo lleno de lo vacío; (2) regular la respiración; (3) disciplinar la perceptividad; y (4) buscar el vacío y la quietud.

Lo lleno y lo vacío
En las primeras dos etapas tu movimiento está constreñido por las exigencias de lentitud y ritmo constante de man y yun. La fase inicial de la tercera etapa te ayuda a aquietarte por otra vía: aprendes a concentrar el foco de tu atención, en lugar de tratar de cumplir una profusión de normas. Ahora debes olvidar todos los puntos mencionados antes. Abandona la complejidad; en tu práctica concéntrate tan sólo en distinguir lo vacío de lo lleno.

No tardarás en advertir cómo se aplica este principio al traslado del peso. Sabes que colocar todo el peso del cuerpo sobre una pierna hace que esa pierna pase a estar llena, en tanto que la otra se queda vacía. Pero en verdad el principio de distinguir vacío y lleno involucra sutilezas que van más allá de trasladar el peso del cuerpo.

Por ejemplo, cuando empujas, las manos están vacías al comienzo del movimiento, pero llenas al final. A medida que la palma se va entendiendo hasta llegar al final, el centro de la palma se eleva ligeramente para revelar la chansijing [1] que ‘está enraizada en los pies, surge por las piernas, es controlada por la cintura y se expresa en los dedos.’ Este estiramiento conduce al máximo de solidez, o yang extremo.

Cuando retraes mano y mente de lleno a vacío, el yang extremo genera yin. En este proceso la palma tensa se relaja y se transforma en yin extremo.

Golpear con el puño encarna el mismo principio. Al comienzo el puño debe estar suelto o vacío; sólo al final se aprieta, poniéndose sólido (lleno). Cuando retraes el puño se vuelve a soltar, la solidez vuelve al vacío. Así, tu puño se aprieta o suelta según la alternancia yin-yang que hay en cada acción.

Es muy importante que te acuerdes de coordinar la condición llena o vacía de tus mano con la cintura, las piernas, y cada parte del cuerpo. Cuando tu palma se alza un poco para manifestar extrema solidez, tensa cada parte de tu cuerpo. Al interior de tu cuerpo, cambia de cerrado a abierto.

Hablamos de ‘abrir’ con referencia a los movimientos en que tu cuerpo se extiende y expande. Cuando tu palma se retrae y relaja, manifestando que el yang extremo está generando yin, y tu cuerpo se contrae y compacta como puerta cerrada, hablamos de ‘cerrar’.

Cuando das un paso hacia adelante y tu talón toca el suelo primero, para luego ir plantando gradualmente la suela, asegúrate de coordinar este movimiento con los de la mano, y cambia tu cuerpo de cerrado a abierto. De igual modo, cuando retraes el pie el interior del cuerpo cambia de abierto a cerrado, acompañando la transición de la mano de lleno a vacío. Todas estas combinaciones internas y externas de movimientos de apertura y cierre se basan en la chansijing.

Si llegas a dominar la habilidad de percibir lo vacío y lo lleno, ningún adversario puede ofrecerte oposición o interferencia cuando te abres para atacar. Cuando te cierras no hace falta esquivar, agacharse o hacer contorsiones para eludir un ataque: simplemente cambias la dirección de la fuerza del adversario como si ésta se estuviese aplicando contra la rosca de un tornillo.

Al practicar, recuerda el siguiente principio: a partir de una intención firme, primero abre o cierra el cuerpo por dentro, luego extiéndete para manifestar el movimiento al exterior. A medida que una parte del cuerpo entra en acción, moviliza todas las demás en apoyo de esta acción. Debe haber total armonía entre cuerpo y mente.

En suma, las manifestaciones de vacío y solidez en el taijiquan son complejas. A veces el lado derecho de tu cuerpo está vacío y el izquierdo lleno, o vice-versa; a veces el brazo derecho y la pierna izquierda están vacíos, o vice-versa. En otras oportunidades lo vacío aparece entre lo sólido, y lo sólido aparece dentro de lo vacío, así como los cambios de yin y yang se suceden de manera impredecible.

El Yijing [I Ching] nos dice que lidiemos con circunstancias cambiantes aferrándonos a un principio fundamental. En concordancia con el principio de cambio expuesto más arriba, hay una norma inamovible que gobierna todas las combinaciones de cambios entre apertura y cierre. Ya que el taijiquan aspira a enseñarte eventualmente a ser como una esfera de taiji [2] , estos incontables cambios entre apertura y cierre se concentran a la larga en dos principios esenciales:

(1) Que la línea del centro de gravedad de tu cuerpo pase siempre por un pie, el sólido, en tanto el otro permanece vacío.

(2) Que al moverse el cuerpo hacia adelante, atrás, izquierda o derecha, tu centro de gravedad (el dantian) se mueva sobre una línea paralela al suelo, tal como hace una pelota cuando rueda.

Si observas estos dos principios lograrás maestría sobre los cambios entre lleno y vacío.

[1] ‘Energía de desenrollar seda’; la energía espiral que se asocia principalmente con el estilo Chen, pero que también se cultiva en otras escuelas. Jou la describe con una cita del Taijiquan jing (‘Clásico del Taijiquan’), atribuido tradicionalmente a Zhang Sanfeng, con lo cual se apropia de la chansijing como parte del acervo del taijiquan por encima de las diferentes escuelas. Es de notar que el Clásico no figura entre los textos conservados por la familia Chen.

[2] Alusión al taijitu, o representación del yin-yang, en su versión más conocida, la del círculo con los ‘dos peces’.