miércoles, 14 de abril de 2010

Los principios de la tercera etapa - 2

según Jou Tsung Hwa

Continuación

Respiración
El taijiquan se basa en la filosofía de Laozi de que la suavidad se impondrá a la dureza. Los movimientos del taijiquan están diseñados para cultivar tus capacidades físicas y mentales y desarrollar el Qi, más que para fortalecer tus músculos. Para las etapas ‘humana’ y ‘terrenal’ no abordamos específicamente el tema de la respiración, sino que pusimos el acento sobre los movimientos suaves, lentos y a ritmo constante. Con observar estos principios evitamos la respiración breve y agitada.

Para la etapa ‘celestial’, en cambio, l taijiquan deja que la respiración sea controlada totalmente por el movimiento del dantian. Al principiante le resulta compleja y difícil la noción de despreocuparse de la respiración y dejar que sea gobernada por el movimiento del dantian. Sin embargo, si practicas el método de ‘respirar sin respirar’ podrás dejar que el movimiento del dantian rija la respiración y que el movimiento del dantian se acomode con facilidad a las posturas. Tratar de lograr esto solamente con la práctica del taijiquan puede llegar a insumir más de diez años.

Conciencia
Cuando comienzas a aprender taijiquan te concentras en memorizar los movimientos y pensar en la corrección de las posturas, tal como lo hacen los practicantes de otras artes marciales, deportes o danza. El taijiquan, empero, exige un grado superior de conciencia o perceptividad para desarrollar fuerza espiritual, en lugar de corporal. El control espiritual te da control total de tus movimientos físicos.

Cuando un ejercicio requiere velocidad y fuerza, puedes ejercer control conciente sólo al principio y al final de tus movimientos. El movimiento del taijiquan es diferente. Cuando pasas de la inacción a la acción, o vice-versa, puedes detenerte, avanzar o retroceder donde y cuando quieras, y siempre tendrás control total. Practicar este tipo de control apunta a usar la conciencia para fortalecer el movimiento corporal y lograr la transferencia de fuerza física a fuerza espiritual. Esto se llama ‘refinar el Qi y nutrir el espíritu’ [lian qi hua shen].

Para desarrollar conciencia en la práctica del taijiquan tus movimientos deben ser imaginados más que ejecutados físicamente, es decir, usa la conciencia más que la fuerza. Por ejemplo, si quieres que una acción tenga mayor ligereza [qing], imagina todo el proceso en cámara lenta. Esto te permitirá alcanzar un nivel más elevado de qing.

Si quieres mejorar tu estabilidad mediante el hundimiento [chen] a las piernas de la fuerza y tensión de la parte superior de tu cuerpo, es importante que hundas tu voluntad y tu mente, siguiendo la línea de tu centro de gravedad, hasta el centro de la tierra. Imagina que toda acción se origina allí.

Usar tu imaginación para exagerar adrede tus pensamientos puede acentuar los efectos del taijiquan. Una vez que logres dominar estos principios de conciencia e imaginación con qing y chen, aplícalos a todas las acciones: la transición de vacío a lleno, abrir y cerrar, etc. Practicar este tipo de control también ayuda a completar la etapa ‘celestial’ y desarrollar la buena costumbre de ejecutar cualquier acción, incluidas las de tu vida cotidiana, ‘a plena conciencia’.

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