lunes, 15 de marzo de 2010

Los principios de la segunda etapa

según Jou Tsung Hwa
[Continuación]




Cambiar de ritmo para lograr man

Para lograr un desarrollo correcto de man [ritmo pausado] deberás ser capaz, también, de moverte con rapidez. Por supuesto, no podrás lograr máxima rapidez a menos que puedas lograr máxima lentitud. Lo que hay que cambiar es el ritmo al cual se ejecuta la rutina; lo que no cambia es el propósito: moverse con la mayor lentitud.

Cuando no puedas moverte más lentamente, ejecuta la rutina con rapidez. Nunca pierdas de vista, sin embargo, que tu propósito sigue siendo volver a practicar pausadamente. Mediante esta alternancia cíclica, vuelves cada vez al desarrollo de man.

Cambiar la forma para liberarte de la forma
Para liberarte de la forma primero debes estirar y expandir al máximo las posturas. Cuando lo hayas logrado, encoge las posturas hasta que sean estrechas y compactas. Como seguir compactando violaría los principios básicos, el ciclo debe volver a la expansión. Aquí lo que cambia es la amplitud de la postura, y lo que no cambia es el propósito de contraer la postura hasta la dimensión de un punto, o lograr, en efecto, que no haya postura.

Adaptación
La aplicación de estos aspectos del cambio depende totalmente de tus propósitos y aptitudes personales. Así ocurre con el taijiquan en su totalidad: sólo tú , en verdad, puedes desarrollar tu programa de estudios; sólo tú puedes enseñarte taijiquan. Nadie más que él mismo le enseñó a Zhang Sanfeng [1] ; él aprendió a partir del descubrimiento de los principios básicos del taijiquan. Ésta debiera ser la meta de todo estudiante del taijiquan.

Busca lo inalterable en medio del cambio y aférrate a él. En tu repertorio, el cambio es tu instrumento y la más importante de tus técnicas.

Como estas nociones pueden parecer demasiado abstractas, aquí va una sugerencia final de aplicación práctica. Una vez que hayas dominado, mediante prolongado estudio, ardua práctica y la ayuda de un excelente instructor, la rutina del lado derecho, pasa a procurar igual destreza del lado izquierdo, pero sin instructor. Sólo de esta manera podrás precisar cuánto has aprendido y desarrollado por cuenta propia, a diferencia de lo logrado por imitación superficial.

[1] El legendario sabio taoista a quien se le atribuye la creación del taijiquan. Dice la leyenda que descubrió los principios del arte observando una lucha entre una víbora y un pájaro.

[Con esta entrega concluye esta serie.]

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