sábado, 12 de septiembre de 2009

Los cuatro principios de la primera etapa

según Jou Tsung Hwa
En su libro Taijiquan zhi Dao [El Dao del taijiquan], el maestro Jou Tsung Hwa (1917-1998) enumera los principios que deben regir el aprendizaje del arte. Distingue tres etapas, que designa con una alusión a los ‘tres poderes’ [San Cai] de la naturaleza que distingue la antigua filosofía china: ‘humana’, ‘terrenal’ y ‘celestial’ [1]. Aquí nos ocupamos de la primera etapa de aprendizaje.

A los estudiantes Jou les recomienda que se aboquen a un principio por vez, pasando al siguiente sólo cuando se haya asimilado el anterior.




1 – Qing : ligereza

El Clásico del Taijiquan [2] expresa el primer principio de la siguiente manera: ‘Cuando uno se mueve, el cuerpo entero debe ser ligero [qing] y ágil [ling].’ Ling es la capacidad de maniobrar, reaccionar y actuar con agilidad. Qing te ayuda a ser ling, como lo ilustran los siguientes ejemplos.

Imagina una gata bamboleando de manera juguetona a su cría: controlará su movimiento para no hacerles daño (en un cotejo, controla tus movimientos y témplalos con ligereza).

Un piso viejo crujirá cuando lo pises, pero si lo haces con ligereza no se oirá sonido alguno (pisa con qing al practicar taijiquan para aumentar tu capacidad de maniobra).

Estos ejemplos ilustran la aplicación de la ligereza a tus movimientos externos. Qing, sin embargo, no abarca tan sólo tus movimientos externos, sino también el control de tu conciencia o mente. Si un gato tiene intenciones serias, su dentellada estará diseñada para lesionar, pero si su ánimo es juguetón, con qing en mente no causará daño. El qing mental se usa para controlar el qing que revelan tus movimientos al exterior.

El propósito fundamental del taijiquan es el de cultivar la sensibilidad interna, en lugar de desarrollar fuerza externa. La sensibilidad se realza reduciendo la fuerza y la tensión muscular innecesarias, que llamamos pesadez. Los practicantes de otras artes marciales a menudo caen en la pesadez; podrán ser qing en términos de velocidad, pero emplean demasiada tensión muscular y fuerza externa. Emplear mucha fuerza externa entumece la sensibilidad así como pelear con puños apretados mitiga el dolor.

Por lo tanto, al aprender a practicar taijiquan cuídate de emplear fuerza torpe; concéntrate más bien en lograr soltura. Que tus movimientos sean ligeros y naturales como nubes que cruzan el cielo o ramas mecidas por una brisa suave.

Como lo describe el Clásico del Taijiquan, practicar qing abre la puerta a una extraordinaria profundidad de sensibilidad. Eventualmente ‘hasta podrá sentirse una pluma’. Al aplicar qing a cada movimiento echas los cimientos para el desarrollo de técnicas más avanzadas. El empleo de fuerza o la pesadez, en cambio, te impedirán alcanzar niveles más elevados de desarrollo en el taijiquan.




[1] Jou menciona que Zheng Manqing usó la misma clasificación para definir el nivel de pericia alcanzado por un estudiante de taijiquan, pero no adopta el resto de la escala de Zheng, que subdivide cada etapa en tres niveles. Jou también dice que no es su intención adoptar un sistema de ‘grados’, sino sólo identificar los aspectos del arte a los cuales debe ir prestando atención el estudiante al avanzar en su aprendizaje. Merece destacarse que en el antiguo esquema filosófico chino, se lo coloca al hombre entre la tierra y el cielo. Jou, en la mejor tradición china, toma prestados los tres ámbitos y los presenta en un orden diferente para sus propósitos didácticos, sin ninguna intención de reformular la filosofía.

[2] Taijiquan jing, tradicionalmente atribuido a Zhang Sanfeng.

EL LIBRO: He tenido noticias de una traducción al castellano, hecha por Víctor Becerril Montekio, del libro de Jou Tsung Hwa. Intitulado El Tao del taijiquan: cómo mejorar la salud y el bienestar personal, fue publicado en 1995 por la editorial Pax México. Lamentablemente no he podido obtener un ejemplar. La versión que aquí se ofrece se basa en la traducción al inglés editada por Lori Elias, Sharon Rose y Loretta Wollering y publicada por la Tai Chi Foundation de Scottsdale, Arizona — The Dao of Taijiquan: Way to Rejuvenation. En la actualidad está circulando la octava edición, de 2001.

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